Acudir a tu dentista al menos una vez al año se tiene que convertir en una rutina para ti. Así prevenimos posibles problemas y si estos surgen, con una detección precoz se verán minimizados en gran medida.
Te recomendamos este hábito por varias razones fundamentales:
En caso de tener algún problema, lo podremos detectar aún incluso antes de que manifieste ningún síntoma, lo cual es una ventaja para poderlo tratar a tiempo.
Podríamos sufrir problemas de sensibilidad dental, esto puede presentar molestias al comer algunos alimentos o tomando bebidas frías o calientes. Son molestias momentáneas pero que a la larga tendremos que solventar, pues pueden significar algún tipo de patología.
El mal aliento también es otro síntoma de que algo no funciona adecuadamente en nuestra boca. Nuestro dentista nos ayudará a encontrar y solucionar la causa, y dejar de sufrir la sensación del mal aliento, que puede incluso crear inseguridades a nivel emocional.
Hay que revisar todas las piezas dentales, pues cuanto más tiempo tengamos nuestras propias piezas en el mejor estado de conservación más tiempo nos durarán y podremos disfrutar y presumir de ello.
Las encías, esa gran olvidada, hay muchas patologías dentales que afectan directamente a ellas, tu dentista las revisará y detectará de forma precoz cualquier problema que pudieran presentar.
En definitiva, que no nos de miedo a sonreir porque tenemos una dentadura bien conservada es clave para nuestra autoestima y seguridad en nosotros mismos. Algo trivial pero muy social e importante para todo el mundo es hacerse una foto y mostrar nuestra mejor sonrisa sin miedos ni complejos.